5:00h. Noche fatal, con mucho calor y excesiva compañía donde también eran invitados los ronquidos, sobre todo de mi “amigo” oriental de al lado. Un caos, vaya.
Bajamos a desayunar, donde el pan sigue estando duro y el desayuno sigue sin sorprender.
Hoy nos ponemos más las pilas y espabilamos antes a la hora de empezar a caminar.
Crampones sobre nuestros pies y alrededor de las 6:15 de la mañana empezamos a subir hacia el Toubkal. Justo a nuestra espalda, desde el refugio empieza el ascenso por una pala que se hace interminable y donde la huella siempre existe bien visible, dado que esto parece una romería y más de 50 personas, unos más madrugadores que otros, hemos decidido hoy hacer el intento a la cumbre más alta de Marruecos.
Todo para arriba, sin pérdida, con mogollón de gente hacia arriba, por arriba y por abajo, y aun con el sol sin espectador en la subida aunque ya empieza a asomar menos tímido, empezamos a cruzar las ollas –pequeños collados- que nos van apareciendo, sempiternas… Ya que detrás de una, siempre aparecen otras dos más, unas más pegadas que otras.
Al llegar a la olla principal, donde a la derecha tendremos el Toubkal Oeste ya visible, tiramos a la izquierda, donde aquí aprovecho y hago unas fotillos a la gente de Madrid y Barcelona. Ya es la última parte del camino, y aunque aún no es visible la cima hasta dentro de algún que otro metro más, ya se nota que estamos muy cerca.
Y ya se ve ahí... Tan cerquita...
Unos minutos más en mi caso, ya que llegué última, a mi ritmo para no variar… ¡¡ y llegada a la cima del norte de África: Toubkal, con 4.167m!!Muchas fotos, y una emoción casi incontenible. De estas cimas que te sorprenden, en todos los sentidos y emociones. Aunque la subida no me entusiasmó tanto como la ascensión al Ras y al Timesguida. Hablamos con la gente, conocidos o no, fotografiamos, nos fotografían, conocemos más gente…
Esto la verdad que parece de todo menos un cuatro mil, oiga… Y descendemos, a pesar de hacer un día y una temperatura estupenda para quedarse por allí arriba, ya que tenemos que volver al refugio, recoger y organizar de nuevo las cosas, y bajar a Imlil, donde nos espera Brahím para dormir allí, como acordamos. En la primera parte de la bajada, antes de llegar al collado principal, África se encuentra a una compañera del Club Alpino llamada Elena, y yo las retrato para que luego tengan un recuerdo del lugar y momento en el que nos hallamos. Desde luego que el mundo es un pañuelo...Y a medio camino entre la cima y el refugio, Paluki, que se puso a hacer y practicar de nuevo culing con Tony, se hace daño en una rodilla por bajar demasiado rápido y por culpa del crampón, que la frenó demasiado. Con lo bien que íbamos… Nos teníamos que despedir del Atlas con alguna anécdota más, claro.
Por lo menos no fue nada muy serio y, aunque más lentos y con la rodilla de Paloma dolorida, llegamos al refugio sin mayores contratiempos.
Y en él, recoger las cosas, colocar macutos, bolsas de viaje, etc. Tendríamos que portear con todo, hasta donde nos esperaría la mula, algo más abajo y donde ya no había nieve en camino, como en la subida.
Pagamos el refugio, donde se portaron genial y encima nos rebajaron el precio a Paluki, Tony y a mí, ya que nos cobraron como si estuviéramos federados sin estarlo, y nos despedimos del alto Atlas hasta la próxima, que a saber cuándo será… Llegamos donde están aparcadas pacientemente las mulas y paramos a comer algo y reponer mientras hablamos con los muleros y porteadores, los mismos que los de la bajada. Nos rechazan amablemente el cerdo, que es lo que más llevábamos sin haberlo pensado, y claro, que no pueden comer por su estricta religión. Comenzamos a descender, con Paloma sobre la mula para no forzar la pierna a petición de los amables porteadores y al rato, no más de cien metros de desnivel, yo también acabo subida a una. No me lo quería perder: despedida a lo grande del Atlas.
Y llegamos donde los bereberes, invitamos a té a los porteadores y a otra gente que había por ahí, y esta vez sí, les compramos algo, regateamos -práctica en la que ya empezamos a ser expertos- e intercambiamos algunas de nuestras cosas por las suyas.
En común sacamos, el típico pañuelito árabe (que es enorme y larguísimo) con el que todos salimos contentos y puesto sobre nuestras cabezas.
Y ya sobre nuestros pies los cuatro, dejamos atrás, esta vez sí que es la definitiva, el macizo montañoso más importante y grande de Marruecos.
Pasamos sobre el río, entre las piedras, y cruzamos un par de pueblos, donde los niños juegan alegres, manosean a Azofaifa que en este viaje triunfó, y los adultos trabajan en unos u otros quehaceres cotidianos de su rutina.
E Imlil, ya estamos allí. Nos acercamos a casa de Brahím, donde nos duchamos y nos relajamos al fin, cenamos y conocemos a un catalán muy cachondo, atleta –aunque confiesa que correr es lo más aburrido que hay en el mundo- y viajero que se ha subido el Toubkal, siendo su primer contacto con la montaña, sólo por querer subir al Kilimanjaro en Tanzania. No llevaba nada de material, a excepción de unas polainas. Le tienen que alquilar botas y crampones en los refugios, nos cuenta. Dice que se acabó su experiencia montañera para él, que lo ha pasado mal y que dejará el techo de África, el Kilimanjaro, para otros...
Después de la cena –caldo caliente, riquísimo con el pan que éste sí que estaba bien, y Tallín no podía ser otra cosa...-, que también compartimos con otra pareja de jóvenes catalanes, y tras aventuras varias compartidas, nos metemos en la habitación que Brahím nos ofrece, muy cómoda y amplia con colchones tirados en el suelo más limpio de lo que esperábamos y después de que Afri me haga un masaje en la espalda que me deja nueva, nos metemos en los sacos esperando pasar la noche mejor que las otras dos anteriores.
Realmente son parajes de una gran belleza.
ResponderEliminarSalaam aleikum
juan carlos
Bueno, bueno....pedazo de ruta que te has marcado...si señor...sencillamente IMPRESIONANTE...menudas vistas...
ResponderEliminarBikos!!!
Muy chulo, enhorabuena por la cima. Unos parajes impresionantes...habrá que ir a conocerlos...un abrazo.
ResponderEliminarPreciosas fotos, animan a preparar la mochila y tirarse al monte,...
ResponderEliminarA más, con buen tiempo es para regalarse en la cima sin ninguna prisa.
Enhorabuena por la experiencia y gracias por compartirla.
Un abrazo y buen fin de semana.
Jo, Silence, si es que estás hecha una profesional. Así da miedo salir contigo a la montaña...
ResponderEliminarPero espero que eso sea pronto, que últimamente te veo menos que a un billete de 500 euros.
Te mando un beso muy fuerte y espero verte esta semana que entra.
Madre mía, pero que envidia me estás dando ahora mismo.
ResponderEliminarMe muero por ir a África.
Y la ruta, impresionante. Me ha encantado. estás hecha una aventurera!
Ooohh estaba esperando este repor desde hace tiempo.
ResponderEliminarEnhorabuena por la cima, vaya sitios mas espectaculares nos enseñas. Una pasada!!!
Un saludo
BONITA AVENTURA AFRICANA, SORPRENDE EL PARECIDO CON NUESTRA SIERRA NEVADA, PERO CON CUATROMLES!!!
ResponderEliminarFELICIDADES Y A SEGUIR SUBIENDO MONTES. SALUD Y MONTAÑAS.