viernes, 23 de septiembre de 2011

Tour del Mont Blanc III: Refuge Mottets - Courmayeur - Rifugio Elena

JUEVES, 8 de SEPTIEMBRE de 2011

La noche se hace larga y pesada en Mottets. Dormimos unas 50 personas juntas en la misma habitación, y eso no es beneficioso para nadie. El que no ronca, no deja de moverse, y el que no se mueve, se levanta y empieza a iluminar con el frontal y a volver loco al resto. El que no se levanta con frontal, sale sin luz y no hace más que chocarse con los petates de los demás y claro, tropezarse e incluso yo creo que hubo un par o dos pares de caídas...
Para colmo, a eso de la 1 de la mañana, aparece un grupo de unas 6 personas que con sus mochilas, sus botas y todo el equipo sin deshacer no hacen más que pasearse de un lado a otro del cuarto y claro, se empiezan a oír voces en francés sobre todo que piden silencio y respeto para los que llevamos ya unas tres horas (algunos más que otros) en los sacos...
Ann y yo, con Nils en el lateral, lejos de mosquearnos y chistarles o decirles nada, empezamos a reírnos:
- Aquí hoy, está claro que no dormimos -comento yo en inglés.
- Igualito que en Borrant, ahí abajo, donde ayer- nos contesta Nils.

Y así fue, tras unos veinte minutos los 6 o los que fueran se acostaron y dejaron de dar por ....... pero claro, aún así había otros 50 más, y ya se sabe. Un show de noche, vamos. Al menos, llueve y eso relaja un poco el ambiente general y ayuda a muchas personas a conciliar el sueño y la paz perdida con la llegada de los "intrusos". Yo, ajena a las discusiones, no pego ojo pero sí me relajo con el sonido del agua en las claraboyas y cristales del refugio.

Cuando nos levantamos a desayunar y a vestirnos, se ha limpiado el cielo de nubes y está muy despejado. Hoy tiene pinta de que brillará el sol.


El Glacier des Glacieres, por fin se deja ver la cara sin tapujos y se muestra con todo su esplendor. Es precioso, no hay duda


Sobre las 8:05, saliendo de las últimas para ser fiel a las buenas maneras, dejo a Nils y a Ann todavía haciendo la mochila y me adelanto esperando verles más adelante, cosa que no fue así y que lamento pues sí me hubiera gustado hacerme una mínima foto con ellos y un abrazo de despedida, no pudo ser...

Aquí, Glacieres con un hermoso cielo dominando el día




Hacia el Col de la Seigne, subiendo que es lo mío. Atravieso un pequeño riachuelo y echo un vistazo atrás. Aún puede verse el Col de Fours por donde pasara ayer


Sobre las 9:35 me planto en Col de la Seigne, fronteral natural entre Francia e Italia a 2.515m. Un impresionante balcón al país "adoptivo" de mi hermana y al Valle de Aosta, donde ahora entramos. Mucho más que impresionantes las vistas al macizo desde aquí: todo ello parecen unas puertas y murallas infraqueables.




Y el omnipresente rey, que sin su trono no sería nadie, desde aquí algo más altivo y prepotente, en definitiva, más alpino y serio, el Mont Blanc o Monte Bianco (que ya hemos entrado en tierras ítalas). Para mi, en su mejor perspectiva con sus 4.807m de altitud. Alucinante, no hay palabras




En el collado también se puede ver una simpática tabla de orientación, muy "a la italiana", apenas vienen los nombres de las montañas de alrededor, dato que sería bastante interesante estando aquí, pero vienen nombres de ciudades u otros montes que desde aquí no son visibles, por cierto


Madrid, a 1.616 kilómetros de distancia, París, Londres, Viena, Roma, Casablanca o Amsterdam son sólo algunos ejemplos más


Azofaifa y una misma, posando para la posteridad en esta alucinante balconada




Hace muchísimo viento, y entre haz fotos, que te las hagan, ponte bien y quédate quieto, saludar a los holandeses y la alemana de la cena, que estaban ya arriba cuando yo subí y demás gente, me he tirado una media hora aquí arriba. No me extraña, el espectáculo no merece menos y como en buena parte de la bajada lo voy a seguir manteniendo y a parte como aquí no me voy ni me puedo quedar -¡que más quisiera una!- tiro corriendo para abajo para volver a entrar en calor, adelantando a unos cuantos y dejándome atrás a algunos amigos en el camino... Un abrazo a tod@s ell@s.

Bajando ya y en pocos minutos me planto en la Caserte, una especie de refugio libre para casos de mal tiempo


Ni paro apenas, continúo corriendo y como ya voy entrando en calor de nuevo, continúo caminando, disfrutando más que nunca si eso puede ser y haciendo fotos. Qué gran espectáculo de altura, belleza y alpinismo del bueno y del puro nos muestra la primera parte italiana.

Monte Bianco, imponente todo él y dueño de sempiternas nieves, sobre unas casas de ganado en ruinas


Una de las mil vacas Milka que pasta por la zona


Antiguas zonas e instalaciones mineras en los alrededores del Refugio Elisabetta


Glaciar Lex Blanche


Ya casi llegando al Lago Combal, el Mont Blanc va quedando atrás, sumido en sus propios pensamientos y laberintos poco accesibles de hielo, acariciado por nubes blancas, como su imponente traje


Lago Combal


Desde aquí, bajando tres kilómetros por pista paralela al torrente del Dora du Veny, se baja a una zona de párking y donde tomo un autobús a Coumayeur, me apetece conocer la ciudad del alpinismo en Italia y comer allí.
De coña, justo sale a las 13:05 y yo llego sobre menos cinco, así que apenas me toca esperar y unos chiquillos se me acercan para jugar con Azofaifa, que me la ven colgada del macuto y quieren cogerla. No hablan bien inglés así que no podemos hablar mucho aunque con algo de español e italiano conseguimos entendernos. Qué sencillo resulta con los críos, da gusto.
Me despido de ellos y su abuela, otro encanto, y subo al autobús que en nada de tiempo me planta en el centro de Courmayeur.

No es comparable con Chamonix, porque a pesar de tener turistas y gente también por doquier, la gente te saluda al pasar, se preocupan y te preguntan, la gente no va tan "a su rollo" en definitiva y tiene otro tipo de encanto, quizá algo más rural porque es más pequeña. Me sentí incluso más a gusto en Courmayeur, a pesar de que estuve pocas horas en ella. Está rodeada de montañas, no tan altas ni tan impresionantes como las de Chamonix pero por todos y todas es sabido que no sólo el tamaño es lo que importa... jeje
Y encima, no hay casi teleféricos como en Francia, algo que acerca el alpinismo y el montañismo a la gente sí, pero empequeñece el tamaño real de las montañas, y por supuesto, las afea y maquilla muchísimo.

Una calle de Courmayeur


Tras comer en un restaurante italiano, hacer algunas fotos y comprar alguna cosa, vuelvo a la estación de autobuses para subir a Arpnouva y ya de ahí, subir hacia el Refugio Elena donde dormiré hoy.

Arpnouva


Subiendo al Refugio Elena


Llegada al refugio, a escasos 45 minutos desde Arpnouva


Sobre el balcón del refugio, mirando hacia el Glaciar Pré de Bar


Voy directa a la ducha, a escribir el diario de ruta del día mirando por la ventana y ya en la cena, siempre a las 19h, conozco a Dawn y Steve, californianos residentes en París y que realizan el TMB por primera vez como yo. Dawn es simpatiquísima, profesora de arte y no deja de hacer bromas. Steve, más tímido pero también encantador, me cuenta que es profesor de tenis en la capital francesa.

Comemos un plato de pasta con queso y tomate, Steve toma dos que devora al instante, y de segundo una especie de pastel de patatas, con lomo y otro pisto no manchego, italiano esta vez. Yo regalo el lomo a Dawn, y repito "pastel" de patatas y pisto. Yo termino vegetariana, lo sé...
De postre, tartaleta de manzana y moras y el que nunca desaparece, el queso, todo estupendo. Para recuperar fuerzas y que durmamos calentitos debe ser, a todos nos ofrecen un chupito de algo transparente que sabe a horrores, es fortísimo y que sólo Dawn entre broma y broma es capaz de tragar. Cuando nos dicen que si queremos repetir, nuestra cara debió ser un poema porque las camareras enseguida nos ofrecieron más postre (los tres repetimos, sobre todo para quitarnos el mal sabor de boca) y té o café.

Hacemos sobremesa y yo me levanto a hacer algunas fotos desde el balcón-mirador del refugio. Hace mucho frío y viento frente al glaciar y no tardo mucho en meterme dentro con el resto.
Hoy me he propuesto dormir y me acurruco de las primeras entre las sábanas.


¡Ah! El trackatrá del GPS de los tres primeros días: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2034352

1 comentario:

  1. ESE MONTE BLANCO TIENES QUE SUBIRLO.
    ÁNIMO CAMPEONA, BUEN REPOR.

    UN SALUDO MONTAÑERO.

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